- Psicología de la Educación o Psicología Educacional:
su esencia radica en analizar y perfeccionar el proceso de
enseñanza-aprendizaje, entendiendo como enseñanza y aprendizaje aquellos
procesos que se dan en los marcos de una escuela, al interno del núcleo
familiar o incluso en las organizaciones y empresas. De esta manera, el
psicólogo educacional deberá trabajar tanto con el profesor como con el
aprendiz, lo que implica lidiar con los niños o jóvenes, los profesores
y padres pero también con los subalternos y directivos.
El psicólogo educacional estudiará los métodos de enseñanza, cómo
inciden en los estudiantes y cómo perfeccionarlos. También estudiará las
estrategias de aprendizaje utilizadas por los estudiantes y cómo
optimizarlas. Se encargará de comprender el tipo de relación que
establece el estudiante con su familia y cómo ésta propicia o entorpece
el aprendizaje escolar.
Esto es en la teoría pero en la práctica el psicólogo educacional muchas
veces se circunscribe a los centros docentes y se encarga de brindar
orientación psicológica a los estudiantes sobre temas tan diversos como
la drogadicción, la sexualidad, las relaciones interpersonales… o
atender los problemas de los más chicos como la timidez, agresividad,
trastornos del aprendizaje… Mientras que el trabajo con el profesor
muchas veces se acerca a la más pura asistencia clínica a través de la
psicoterapia. Por supuesto, esto sucede debido al desconocimiento social
y de los empleadores acerca de las verdaderas funciones y campos de
acción del psicólogo educacional.
- Psicología Clínica o de la Salud: se encarga
esencialmente de la relación salud-enfermedad en el campo de la psiquis.
Incluye desde la simple orientación a un adolescente en temas de
sexualidad hasta la psicoterapia para eliminar las fobias o la ansiedad.
Aparecen los más disímiles campos de aplicación: la neuropsicología, la
psiconcología, la psicoinmunología, la psicología infantil, la
psicología de la tercera edad… Así, el psicólogo clínico normalmente se
continúa especializando en determinada etapa etárea: infanto-juvenil,
adultos o tercera edad.
Incluye no solo el tratamiento de aquellos trastornos más conocidos como
la esquizofrenia, las neurosis, la ansiedad o la depresión sino también
los estilos de afrontamiento ante los hechos estresantes, las
situaciones de duelo… en fin, ayudar a las personas a comprender su vida
y sus problemáticas desde perspectivas diversas y más saludables.
La Psicología Clínica también incluye el análisis de las relaciones
entre cuerpo-mente, sobre todo a partir del efecto de las enfermedades,
ya sean eminentemente psicológicas o físicas.
- Psicología Laboral o Institucional: su esencia se
centra en las empresas, encargándose de las relaciones que establece la
persona con el proceso de producción. Para esto se hace imprescindible
analizar la relación del ser humano con el trabajo que realiza: sus
motivaciones por la labor que desempeña, sus intereses, las
expectativas, el nivel de satisfacción que posee con su ocupación. Pero
también sus relaciones con el resto de los compañeros de trabajo: el
clima organizacional, el nivel de satisfacción que experimenta a partir
de las relaciones que se establecen, el tipo de comunicación que
prevalece…
El psicólogo institucional también se ocupa de analizar la
correspondencia entre las potencialidades y capacidades de una persona
con las demandas de cierto puesto de trabajo e incluso, muchas veces, es
el encargado de elaborar el perfil psicológico necesario para ocupar
cierto cargo o asumir algunas tareas dentro de la empresa. Es la
conocida selección de personal que cada vez nos asombra con sus técnicas
más creativas y revolucionarias. Una vez seleccionadas las personas,
con frecuencia el psicólogo también se ocupa de su capacitación.
También es el encargado de analizar qué factores entorpecen el adecuado
funcionamiento de la empresa y qué hacer para aumentar la producción y
mejorar el clima laboral.
En la práctica muchas veces el psicólogo o se circunscribe a la tarea de seleccionar personal idóneo para los puestos de trabajo o se convierte en un psicólogo clínico dentro de una organización. Si bien, depende en gran medida de la visión de la empresa para la cual se trabaje ya que en los grandes consorcios los psicólogos usualmente desempeñan un trabajo más creativo y flexible.
- Psicología Forense: se centra en el análisis de los
procesos delictivos. El psicólogo forense se encarga de realizar los
peritajes necesarios en los juicios, ya sea a las víctimas o a los
acusados pero también prepara a los penados para su reinserción en la
sociedad y brinda asesoramiento a los familiares.
Determinan el grado de veracidad de los testimonios y las condiciones de
estabilidad emocional de los detenidos diagnosticando el grado de
intencionalidad existente en los delitos. También determina los daños
psicológicos existentes en las víctimas.
Se necesitan conocimientos de grafología y de desviación de conducta
pero también de las principales psicopatologías y de psicología
infantil. Aunque esta especialidad no es muy codiciada entre los
psicólogos demanda de sólidos conocimientos en todas las disciplinas de
la Psicología.
Aún existen más especialidades y con el tiempo continuarán desarrollándose nuevos campos de aplicación de la psicología. La decisión por una u otra especialidad debe depender de nuestras potencialidades y de cuánto nos atraiga realmente ya que, si optamos por una especialidad por el mero hecho de que está mejor pagada, corremos el enorme riesgo de caer en la rutina y la insatisfacción profesional. Al contrario, si amamos la especialidad escogida, probablemente nos desempeñemos de manera creativa, abriremos nuevas puertas y al final no solo estaremos más satisfechos con nosotros mismos sino que probablemente también aumentaran nuestros ingresos económicos.
Aún existen más especialidades y con el tiempo continuarán desarrollándose nuevos campos de aplicación de la psicología. La decisión por una u otra especialidad debe depender de nuestras potencialidades y de cuánto nos atraiga realmente ya que, si optamos por una especialidad por el mero hecho de que está mejor pagada, corremos el enorme riesgo de caer en la rutina y la insatisfacción profesional. Al contrario, si amamos la especialidad escogida, probablemente nos desempeñemos de manera creativa, abriremos nuevas puertas y al final no solo estaremos más satisfechos con nosotros mismos sino que probablemente también aumentaran nuestros ingresos económicos.
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